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¿Te imaginas estar disfrutando de una ducha reparadora y que el agua no se pierda por el desagüe? Es una sensación desagradable y, por desgracia, más común de lo que pueda parecer. Los atascos en las duchas pueden deberse a diferentes causas y, en cualquiera de los casos, ocasionar algún que otro quebradero de cabeza.
Aunque, si hablamos de atascos, también incluimos los que pueden producirse en el cabezal de la ducha, los cuales, más que desagradables, son más bien molestos y, en algunos casos, desesperantes.
En este artículo te contamos por qué se producen los atascos y cómo solucionarlos de forma rápida y sencilla. Pero no solo eso, te damos algunos trucos y consejos para evitar este tipo de situaciones tan molestas.
Causas de los atascos
En el caso de los atascos en el desagüe, la acumulación de pelos, residuos de jabón o sedimentos de cal, se encuentran entre los principales responsables por los que el agua de tu ducha no se marcha por el desagüe correctamente.
Tanto unos restos como otros, por lo general, alcanzan las tuberías gracias al arrastre y la fuerza del agua. Sin embargo, muchos de estos residuos pueden quedarse atrapados en las paredes del desagüe, sin alcanzar la bajante, taponando, poco a poco, el desagüe. Y si has llegado hasta este artículo, sabrás que estos taponamientos pueden causar desbordamientos del agua.
En el caso del cabezal de la ducha, la razón principal son los sedimentos de cal, los cuales llegan a obstruir los pequeños orificios por los que sale el agua de tu ducha. Además de la cal, el resto de las sustancias que pueden encontrarse en el agua, pueden ocasionar, con el tiempo, atascos.
Además de estas causas, que suelen ser las más comunes, habremos de tener en cuenta otros factores que podrían estar detrás de los atascos. Por ejemplo, la inclinación de la tubería. Si esta carece de la pendiente suficiente como para guiar el transcurso del agua hacia la bajante, podría desencadenar atascos. Junto con la inclinación, debemos tener en cuenta la antigüedad de las instalaciones, dado que, con los años, las tuberías incrementan la adherencia en sus paredes, dificultando el paso del agua a través de ellas.
Entendidas las razones y las causas por las cuales se ha atascado nuestra ducha, vayamos a la parte práctica para ponerle solución cuanto antes a este problema. Lo mejor de todo es que, siguiendo estos sencillos pasos, podrás hacerlo tú mismo, sin necesidad de llamar a un especialista.
Desatascar la ducha paso a paso
Los pasos a seguir serán diferentes dependiendo de la parte de la ducha que queramos desatascar.
Desatascar el cabezal de la ducha
En el caso de que queramos desatascar el cabezal de la ducha, porque el agua sale con dificultad a través de los orificios, recurriremos a productos naturales que consigan deshacer la obstrucción.
El vinagre será nuestro gran aliado para acabar con este problema. Pondremos a hervir agua en una olla y seguiremos la siguiente proporción: una parte de vinagre por dos partes de agua. A continuación, un chorrito de limón y dejamos que hierva.
Tras esto, sumergimos el cabezal de la ducha en esta solución solo si es de metal. En caso de disponer de un cabezal de plástico, habremos de esperar unos minutos para evitar que las altas temperaturas del agua dañen el material del cabezal. Dejamos a remojo 15 minutos y ¡listo!
Desatascar el desagüe
En el caso del desagüe, habremos de estar listos para encontrarnos con marañas de cabello o residuos de jabón.
Ante esta situación, nuestra mejor arma para liberar el desagüe será el desatascador. El efecto de vacío que produce su uso sobre el desagüe ayuda a retirar el tapón de residuos que está obstruyendo el paso del agua.
Otro de los remedios es, recurrir a alguna herramienta fina, alargada y flexible que nos permita llegar hasta el tapón. Una herramienta de lo más común y realmente efectiva es una percha de metal.
Pero no todo van a ser herramientas. Si tú también eres partidario de los remedios naturales, para desatascar el desagüe tenemos, también, una excelente manera de hacerlo utilizando bicarbonato, sal gorda y vinagre.
En 20 centilitros de vinagre, diluiremos 200 gramos de bicarbonato sódico y una cantidad proporcional de sal gorda. Una vez disuelta y teniendo una mezcla homogénea, lo diluimos por el desagüe. Se trata de una solución muy efectiva que habremos de dejar actuar unos minutos. Tras esto, deja correr agua caliente por el desagüe.
Cómo prevenir los atascos
Si has vivido una situación como esta, seguro que quieres evitar a toda costa que vuelva a suceder.
Si bien es cierto que hay factores, como la acumulación de cal o el paso de los años, que se escapan, en cierta medida, de nuestro control, sí podemos llevar a cabo ciertas acciones que mantendrán a raya los atascos en la ducha.
En primer lugar, debemos incluir en nuestra rutina, una limpieza periódica del desagüe de la ducha. Es muy sencillo y apenas te quitará nada de tiempo, pues basta con verter una solución a base de media taza de bicarbonato diluido en litro y medio del agua hirviendo por el desagüe.
Si quieres apostar por algo más fuerte, aunque el bicarbonato es una excelente solución, puedes utilizar lejía. Sin embargo, te recomendamos que uses aquella que sea menos abrasiva. Un cuarto de vaso de lejía diluido en 5 litros de agua es la medida ideal. Puedes realizarlo una vez por semana.
Además de una rutina de limpieza frecuente, podemos incluir ciertos elementos que nos ayudarán a evitar que se acumulen residuos con tanta facilidad. Por ejemplo, incluir una rejilla en la boca del desagüe frenará buena parte de pelos o residuos de jabón que habrían acabado en la tubería. Cuando hayas acabado, retira los pelos que se hayan quedado sobre la rejilla.