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El eterno debate entre ducha o bañera siempre sale a relucir. Los pros y contras que presentan una y otra, hace que decantarnos por una de ellas constituya una elección difícil. Pero, ¿de verdad tenemos que elegir?
La ducha nos agiliza nuestra rutina de baño. En apenas 5 minutos podemos cumplir con nuestra higiene diaria, invirtiendo menor cantidad de tiempo y, sobre todo, de agua. En cambio, la bañera, es nuestra gran aliada tras un duro día de trabajo. El refugio donde poder relajarnos y recargar pilas.
Ducha y bañera son distintas, pero también son altamente complementarias. Y es que, en los cuartos de baño, no todo es blanco o negro, pudiéndonos decantar porque estos dos elementos convivan en nuestro baño para que podamos disfrutar de todas las ventajas que nos ofrecen. Estas soluciones mixtas representan toda una apuesta por el cuidado y el bienestar personal.
Ahora bien, ¿cuáles son los pros y los contras de los baños con ducha y bañera juntas? Dedicamos este post a aclarar tus dudas y ayudarte en tu decisión.
Pros de los baños con ducha y bañera juntas
Un baño en el que aunamos ducha y bañera, tiene innumerables ventajas. Entre ellas cabe destacar:
Confort
Es innegable. Disponer de ambas opciones nos permite disfrutar de todos y cada uno de los beneficios que nos brindan estos elementos. La ducha es nuestra mejor elección para cumplir con nuestra higiene diaria matutina. También, para aquellas ocasiones en las que dispongamos de poco tiempo y tengamos que darnos una ducha express.
Sin embargo, tras un día repleto de ajetreo ¿a quién no le apetece un buen baño de agua caliente? Si elegís sumergiros en un baño caliente antes de dormir, os ayudará a conciliar un sueño relajado y reparador.
Bienestar
Muy relacionado con el aspecto anterior, apostar por esta solución mixta se traduce en bienestar personal. Si solo disponemos de ducha en nuestro hogar, en ocasiones buscamos spas o centros de relajación para disfrutar de un agradable baño reparador.
Y no es para menos, existen estudios que consideran que un baño caliente puede ser beneficioso para el sistema cardiovascular, favoreciendo, entre otras cosas, el flujo sanguíneo. Además, también tiene efectos positivos en el cerebro, beneficiando procesos tales como el aprendizaje y la memoria.
Lejos de constituir un mero capricho, los baños ocasionales, acompañados de sales, música relajante y velas aromáticas, influyen en nuestro estado anímico, ayudándonos a sentirnos mejor y a desconectar.
Ideal para los niños
Las familias con niños saben la comodidad y seguridad que brinda tener una bañera en el hogar. A los niños les encanta ensuciarse, pero no tanto recibir una buena ducha. Por ello, la bañera se presenta como su gran aliada tanto en su higiene personal como en sus ratos de ocio.
La sencillez y comodidad de bañar a los niños en la bañera justifican, por sí solas, la elección de esta en detrimento de la ducha. También constituye un momento en el que padres e hijos disfrutan de tiempo juntos. Con el paso de los años, se iniciarán en el mundo de las duchas y no tendréis que hacer una instalación a posteriori, puesto que ya dispondréis de una solución mixta.
Decoración
Las opciones de incluir baños con bañera y ducha juntas son variadas. Pegadas la una a la otra, juntas en el mismo espacio, pero no revueltas o con la ducha en el mismo espacio de la bañera, podemos combinarlas como queramos, siempre y cuando las dimensiones de nuestro baño nos lo permitan.
Esta variedad de combinaciones nos permite crear soluciones muy decorativas y hogareñas donde mamparas, revestimientos, pavimentos o muretes de obra se presentan como elementos tan funcionales como decorativos.
En caso de que vayamos escasos de metros cuadrados, pero no queramos renunciar a ninguno de los dos elementos, podemos incluirlas juntas. En primer lugar, resulta la opción más cómoda y, en segundo lugar, aprovecharíamos el recurso de los desagües. La buena planificación del espacio te permitirá incluir ambas soluciones.
Contras de los baños con ducha y bañera juntas
Dimensiones
Como podemos imaginar, las dimensiones de nuestro baño influyen en nuestra elección de ducha o bañera. Debemos recordar que, para colocar una ducha que resulte cómoda, habremos de disponer de un espacio mínimo de 90x90cm. Por su parte, la bañera necesita de un área de 150x70cm. La planta y medidas de nuestro baño revelan cuál es la mejor decisión.
Inversión de dinero
Además de las dimensiones, el presupuesto es fundamental a la hora de planear una reforma en el baño. La instalación de una bañera resulta más costosa que la de un palto de ducha, por lo que sería conveniente analizar hasta qué punto nos compensa tener ambas soluciones.
Tenerlo todo, no siempre es mejor
Imagina tener un cuarto de baño de pocas dimensiones. Te decantas por la opción de bañera con ducha juntas. Has ganado el confort y bienestar que te brindarán los relajantes baños, pero has perdido la cómoda accesibilidad y seguridad de los platos de ducha.
En este sentido, es importante tener en cuenta quién constituye tu núcleo familiar. Si cuentas con personas mayores, te recomendamos decantarte por el plato de ducha, apostando por materiales antideslizantes, como la piedra natural, resinas y cargas minerales.
Conclusiones
Contar con un cuarto de baño en el que tengamos ducha y bañera juntas tiene, como hemos visto, muchos puntos a favor. Olvídate de renunciar a uno u otro elemento y disfruta de todos los beneficios y atractivos que traen consigo.
Sin embargo, factores como el presupuesto, las dimensiones del baño o las personas que residan en el hogar, son aspectos determinantes que habremos de tener en cuenta para no elegir tenerlo todo a cualquier precio. Analiza tus posibilidades y escoge la solución más adecuada para ti y los tuyos.