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A día de hoy, existen dos tipos de platos de ducha: los platos prefabricados, que presentan un precio más económico, y los de obra, que se instalan a ras de suelo. Con la expansión de las duchas de diseño y los materiales más modernos y vanguardistas, los platos de ducha se han ido generalizando hasta ocupar buena parte de los cuartos de baño en España, en detrimento de la clásica bañera.
Pero hay también una serie de cuestiones a las que hay que prestar atención. A su diseño, pensado para fundirse en la estética del cuarto de baño, se le suma otra serie de aspectos que conviene conocer antes de proceder a instalar un plato de ducha a ras del suelo.
Y es que estos platos de ducha presentan algunos problemas típicos, como una erosión acelerada en los bordes de la obra. Las pequeñas filtraciones de agua también pueden ser un problema si la instalación presenta deficiencias, lo que puede afectar a las estructuras colindantes y causar daños cada vez de mayor magnitud.
Ventajas de utilizar un plato de obra en la ducha
La estética es, indudablemente, una de las ventajas más evidentes de los platos de ducha instalados a ras de suelo. Sus diseños son espectaculares, presentando tablones de pizarra o madera de la más alta calidad, tratada con un revestimiento antideslizante que da al cuarto de baño una elegancia que pocas bañeras podrían igualar.
Esta exquisitez en su estética empuja a cada vez más usuarios a decantarse por un plato de ducha de diseño y una mampara acristalada para hacer que todo el cuarto de baño se vea en conjunto, otro de los puntos fuertes de los platos de obra. Al contrario que con las bañeras, que creaban una división entre la zona de baño y la zona de aseo, los platos de ducha se integran con el resto del mobiliario, dándole al cuarto de baño una mayor sensación de conjunto.
El diseño del plato de ducha es cada vez más sofisticado, contando con mayor margen para la innovación que los platos de ducha acrílicos o las mismas bañeras. Estos diseños, de herencia nórdica y escandinava, son ideales para sacar todo el partido de los cuartos de baño más amplios. Su inclusión es acertada sobre todo cuando el cuarto de baño cuenta con una gran cantidad de luz natural durante el día, ya que favorece la percepción visual de todos los elementos del cuarto de baño y dota a todo el conjunto de una coherencia mucho más elevada.
Bajo estos diseños se esconden auténticas obras de arte, capaces de contener un desagüe disimulado para resaltar la estética del plato de ducha. En este tipo de platos, el desagüe queda oculto para no afear el diseño de la ducha y resaltar la parte visual de la misma, dándole un toque más sofisticado. Además, los platos de color negro suelen fomentar la percepción de reflejos provocados por la misma presencia del agua, creando un efecto estético más elegante si cabe.
Otra de las ventajas de los platos de obra para la ducha es que disponen de superficies antideslizantes y son mucho más accesibles para personas con movilidad reducida. Es cierto que los platos de ducha acrílicos son más fáciles de instalar, pero son mucho menos accesibles para las personas con necesidades especiales, puesto que suelen contar con un pequeño escalón que impide al usuario poder acceder al interior de la ducha de la manera más cómoda. Lo mismo ocurre al salir, forzándole a adoptar una postura que puede no ser la idónea para según qué perfil de usuario.
Esto no ocurre con los platos de ducha a ras de suelo, que se integran a la perfección en el suelo del cuarto de baño. Para acceder a su interior solo hay que dejar correr las puertas acristaladas o acceder directamente a través de uno de los laterales, en función del tipo de mampara instalada.
Inconvenientes de usar un plato de ducha a ras de suelo
No cabe duda de que los platos de ducha de obra son los más agradables estética y funcionalmente hablando, ya que presentan un acabado más refinado y son mucho más accesibles que las bañeras y los platos de ducha acrílicos. Sin embargo, como ya hemos comentado antes, su instalación es mucho más costosa y requiere de un esfuerzo mayor para garantizar que la obra no sufra desperfectos a causa de la humedad.
La instalación de un plato de ducha a ras de suelo es, con diferencia, la parte más delicada de todo el proceso: exige una gran precisión a la hora de tomar las medidas para garantizar que el plato encaja a la perfección en el suelo del cuarto de baño, pero a la vez para evitar que la anchura sea excesiva y no se produzcan filtraciones de agua en el futuro.
Para garantizar que se obtienen buenos resultados es preciso recurrir a profesionales capaces de llevar a cabo los trabajos con gran mimo y precisión para evitar que las paredes permeabilicen y filtren la humedad del plato de ducha a la obra, lo que provocaría humedades y grietas que pueden desembocar en un deterioro paulatino del cuarto de baño y las zonas colindantes.
El escaso margen de error que deja su instalación hace que las obras de instalación puedan demorarse varias semanas, algo que no ocurre con los platos de ducha acrílicos. Estos, que solamente se instalan adhiriéndose al suelo sin necesidad de llevar a cabo una obra al uso, pueden estar listos en pocas horas. En cambio, los platos de ducha a ras de suelo deben estar integrados a la perfección en el mismo, tanto en altura como en anchura y longitud.
Al margen de estas cuestiones, otro problema que presentan estos platos de ducha es su elevado precio. Si bien es cierto que el diseño y la funcionalidad se pagan, algunos modelos exigen una inversión inicial prohibitiva para el bolsillo medio, que hace que la inclusión de uno de estos platos sea descartada de inmediato.
Y no solo hablamos del plato: las labores de instalación y mantenimiento presentan un coste más elevado que las que pueda presentar una bañera o un plato de ducha acrílico. Eso sí, a cambio de todo esto el usuario podrá acentuar en su cuarto de baño la elegancia, la comodidad y la accesibilidad.
