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Una parte fundamental de las duchas es la mampara, un elemento divisor de dos espacios que separa el interior de la ducha del resto del cuarto de baño. Existen varios tipos en función de su diseño y pueden estar hechos de diferentes materiales, siendo las mamparas de vidrio templado las más elegantes y habituales.

A grandes rasgos, existen cuatro tipos de mamparas en el mercado: correderas, abatibles, plegables y abiertas. En la actualidad, la instalación de la mampara responde a dos necesidades básicas del usuario: a crear una sensación de mayor amplitud, haciendo que la ducha se integre dentro del aseo sin que parezca un elemento apartado del resto, y al hecho de que las mamparas son mucho más higiénicas que las cortinas, además de presentar más facilidades a la hora de limpiarlas.

Pero esta tendencia no es generalizada. Las mamparas han ido ganando terreno conforme se ha ido generalizando la instalación de platos de ducha en las viviendas españolas, en detrimento de las bañeras. Sin embargo, en aquellas viviendas en las que estas todavía permanecen, es común que se prefiera la inclusión de cortinas, haciendo que las mamparas sean, a día de hoy, un elemento casi exclusivamente relacionado con los platos de ducha.

Clasificación de los principales tipos de mampara de ducha del mercado

Antes de entrar en materia, conviene detenerse en el sistema de apertura que las mamparas de ducha pueden presentar. Se trata de un aspecto básico que afecta a su diseño y cuya elección dependerá de la disposición del plato de ducha. Además, el sistema de apertura está relacionado con la categorización de las mamparas que hemos comentado antes, por lo que conviene entender la diferencia entre unas y otras.

Para empezar, las mamparas de duchas frontales presentan un sistema de cierre en la parte frontal que se ubica entre tres paredes -dos laterales y una trasera-, dejando un espacio en la parte central de la mampara, que habitualmente se orienta hacia el exterior para facilitar el acceso y la salida del plato de ducha.

Normalmente, las mamparas frontales son abatibles o pivotantes, ya que se trata de puertas que giran sobre un eje o sobre bisagras. Algunos diseños presentan una disposición de dos puertas, mientras que otros diseños solo cuentan con una puerta. La elección de una u otra dependerá del diseño de cada cuarto de baño y responderá únicamente a criterios funcionales que deberá sopesar el usuario.

En cambio, las que se abren con apenas deslizarlas hacia uno de los costados son las correderas, de las que hablaremos después. Una opción estupenda que permite economizar el espacio y que funciona especialmente bien en cuartos de baño de dimensiones algo más reducidas.

Mamparas abatibles

mamparas abatibles

Entendemos por mamparas abatibles aquellas que cuentan con una o dos puertas que giran sobre un eje o sobre bisagras para que se produzca su oscilación. Por sus características, estas mamparas necesitan de cierto espacio para que la maniobrabilidad no sea un problema, ya que el sentido de apertura de las puertas siempre tiene que ir hacia el exterior para facilitar la salida.

Normalmente, estas mamparas deben contar con un espacio libre al menos en un ángulo de 45 grados, con tal de garantizar que la apertura y el cierre se van a poder realizar con seguridad, evitando golpes y posibles daños por el contacto con otros objetos.

No obstante, la amplitud de las mamparas abatibles es notablemente más estrecha que la de las correderas, que necesitan de más espacio para poder ser instaladas. Por tanto, las mamparas abatibles son las más adecuadas para los cuartos de baño más pequeños, ya que basta con dejar el espacio suficiente como para poder salir y entrar sin problema. En cambio, las mamparas correderas y plegables funcionan mejor en baños más amplios, ya que su instalación requiere más espacio libre en sentido longitudinal y su sistema de apertura es lateral, pudiendo evitar que el usuario se preocupe por el ángulo de movimiento de la puerta.

Mamparas plegables

Existe un tipo de mampara de ducha que cuenta con un sistema de apertura frontal en apariencia convencional. Sin embargo, al abrirla del todo, la puerta se pliega sobre sí misma, permitiendo el paso tanto de entrada como de salida y reduciendo a la mínima expresión la cantidad de espacio que ocupa mientras está abierta.

Es una de las sensaciones del momento, ya que parece coger lo mejor de las mamparas frontales y de las correderas. La combinación da muy buenos resultados, permitiendo disponer de más espacio en el cuarto de aseo, siendo más fáciles de limpiar y presentando una mayor accesibilidad, una de las asignaturas pendientes de las mamparas más toscas.

Este tipo de mamparas funcionan especialmente bien con personas con movilidad reducida, ya que no solo facilita la entrada y salida del plato de ducha, sino que permite aprovechar todos los márgenes de la ducha para evitar fugas de agua y otro tipo de accidentes. Por ejemplo, esto sucede con las tradicionales mamparas correderas, cuyos carriles de la parte inferior pueden provocar tropiezos o resbalones inoportunos. Al suprimirlos, las mamparas plegables proporcionan, en este sentido, un extra de seguridad a todos los miembros de la casa tanto al entrar como al salir de la ducha.

Mamparas correderas

Son muy populares gracias a que su reducido precio consiguió asentarlas definitivamente en el mercado. Su diseño está pensado para facilitar la entrada y la salida del plato de ducha sin necesidad de reservar un espacio extra para la apertura y el cierre.

En la actualidad, casi todos los modelos de mamparas correderas se diseñan con rodamientos dobles o triples, y cada vez se apuesta más por mantener un peso reducido con el fin de mejorar su maniobrabilidad. La tendencia actual dicta que para garantizar un acceso más cómodo es necesario prescindir de la guía inferior, lo que a la vez mejora la estética de la mampara.

Sin perfil, con perfil, de acero, de aluminio, de vidrio templado… existen multitud de tipos en este sentido. Incluso algunos incluyen un sistema antical, lo que demuestra la variedad de mamparas correderas que pueblan actualmente el mercado.

Atendiendo a los datos, las mamparas frontales correderas de dos hojas son las más elegidas por los usuarios para cuartos de baño de tamaño medio. Estas piezas presentan dos partes: una fija, que actúa como mampara secundaria estática, y otra móvil, que se mueve de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, que es la que permite el paso y cierra por completo la ducha. Presentan un reducido nivel de desgaste, sobre todo las que cuentan con rodamientos dobles, que garantizará un uso más prolongado.

En el caso de las duchas de mayor tamaño, es posible optar por mamparas frontales correderas de tres hojas e incluso de cuatro, especialmente pensadas para duchas que cuenten con un plato de una gran superficie.

Mamparas abiertas

Este tipo de mamparas carecen de una parte móvil que permita abrir y cerrar la ducha como tal. Y es que la estructura de estas mamparas habla por sí sola: cuenta con dos mamparas estáticas de cristal que normalmente se colocan en los extremos de la ducha. Estas tienen el objetivo de facilitar el paso al tiempo que proporcionan la protección necesaria como para evitar fugas de agua por el resto del aseo.

Se asemejan mucho a los paneles fijos de ducha, solo que en este caso prescinde de puerta para abrir y cerrar la mampara. Muy apreciadas por quienes buscan una mampara capaz de crear una leve separación entre el plato de ducha y el resto del baño sin que esta sea total.

Consideraciones a la hora de elegir la mampara de ducha perfecta

Para dar de lleno con la elección de la mampara de ducha ideal para nuestro cuarto de baño, tenemos que tener en cuenta varios aspectos antes de decantarnos por un tipo de mampara u otro.

· Los perfiles. Pueden estar confeccionados con distintos materiales, aunque el aluminio es el predominante en todos los tipos de mamparas de duchas. Por lo que respecta a los colores, pueden encontrarse tanto tonos de corte clásico, como el blanco o el negro, como toda una serie de colores de carácter más vanguardista, como el cromo, el acero mate o el acero brillante.

· Los rodamientos. Su papel es fundamental en las mamparas correderas, ya que permiten el desplazamiento de la puerta en ambos sentidos. Las mamparas más modernas incluyen rodamientos dobles e incluso triples, para otorgarle más estabilidad a todo el conjunto y garantizando un buen funcionamiento durante su vida útil.

· El tamaño del cristal templado. El cristal templado, conocido por ser uno de los materiales más resistentes del mundo a día de hoy, es el material que se utiliza para la elaboración de mamparas de ducha. Dada su enorme resistencia, son ideales para evitar arañazos y pueden soportar choques térmicos de envergadura, además de golpes y otros tipos de agresiones externas.

El vidrio templado es hasta cinco veces más resistente que el vidrio convencional, por lo que es muy empleado para la confección de productos protectores gracias a su elevada resistencia. Presentan un precio de salida al mercado más elevado que las acrílicas, pero ofrecen una resistencia, elegancia y vida útil mucho más elevadas.

Además, las mamparas de vidrio templado son mucho más seguras, ya que, en caso de rotura, los fragmentos del cristal que saldrían despedidos por toda la estancia presentarían unas puntas redondas, sin que supusieran peligro alguno para la integridad física del usuario.

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