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Bien por motivos de espacio o simplemente por una cuestión de preferencias, lo cierto es que mucha gente decide incluir una mampara de ducha fija en su cuarto de baño para separar la bañera del resto del aseo. Son la alternativa a las mamparas móviles, disponibles en varias disposiciones (correderas, abatibles, plegables…) y que son capaces de darle al baño un aire distinto.
En el siguiente artículo vamos a hacer un repaso por las ventajas e inconvenientes que tiene instalar un panel de ducha fijo en el cuarto de baño, sin obviar los puntos débiles que presentan en comparación con otras opciones del mercado. Así tendrás claro qué son capaces de aportar a un cuarto de baño y qué las convierte en una opción tan única.
Ventajas de instalar paneles de ducha fijos en el aseo
Vamos a empezar por los puntos fuertes que tienen estas mamparas, porque, aunque la carencia de movilidad suele ser tomada como un paso hacia atrás, el hecho de que no presenten un diseño cambiante también repercute positivamente en ciertos cuartos de baño.
Para empezar, dan al aseo un aire moderno que pocas mamparas son capaces de replicar. Su concepto minimalista hace que luzca especialmente bien en los baños más modernos, y digamos que “rejuvenecen” aquellos que se están quedando un poco atrás en esto de la moda. Además, si estás pensando en reformar el baño debes considerar implementar un panel de ducha fijo, ya que puede encajar mejor que cualquier otra opción con el nuevo diseño.
Y es que precisamente ese concepto minimalista es el que ayuda a crear una mayor sensación de amplitud, percibiéndose el cuarto de baño como un todo mucho más grande que con otras mamparas, que sí compartimentan las zonas del aseo y reducen significativamente esa sensación. Esto, unido al poco espacio que ocupan, convierte a las mamparas de ducha fijas en una gran opción para los aseos más pequeños, ya que no solo no comprometen el espacio libre del que disponga el baño, sino que ayuda a magnificar su capacidad.
Y, ¿qué nos dices de la luz? A nadie le gusta un cuarto de baño lúgubre y poco iluminado, ¿verdad? Por eso los aseos cada vez están más ubicados en los laterales exteriores, para que estén repletos de luz natural por el día. A mantener esa sensación de luminosidad contribuyen los paneles de ducha fijos, ya que no rompen con la integridad visual del aseo.
En lo que respecta a la limpieza, las mamparas fijas son la mejor opción para simplificar el proceso de retirada de suciedad, ya que se puede llevar a cabo en un momento sin necesidad de planificar grandes tareas de limpieza. El hecho de que las mamparas fijas no estén expuestas al nivel de deterioro diario de otros paneles (los móviles se abren y cierran varias veces día sí, día también) y la ausencia de zócalos o pliegues en cada uno de ellos hace que limpiarlos sea mucho más sencillo en el caso de los fijos, lo que contribuye a inclinar la balanza de su lado.
Además, una mampara de ducha fija es, por norma general, bastante más económica que cualquier otra alternativa del mercado. Es más fácil de instalar y menos costosa, que es justo la combinación que muchos usuarios buscan para equipar su cuarto de baño.
Inconvenientes de las mamparas de ducha fijas
A pesar de que todos estos puntos fuertes hacen que instalar una mampara fija en la ducha sea una opción muy recomendable, este tipo de paneles no están exentos de ciertas debilidades que conviene conocer antes de ir a por uno de ellos.
El principal hándicap que presentan las mamparas fijas es que precisamente no permiten abrir y cerrar al gusto el acceso a la ducha, lo que limita mucho las opciones a la hora de entrar y salir antes y después de asearse. A pesar de que es un punto débil asumible (del que siempre se tiene constancia por las características propias de este tipo de mamparas), no deja de ser importante y conviene tener claras las limitaciones de estos paneles al respecto.
Otro aspecto negativo de las mamparas fijas de ducha es que no ofrecen la sensación de intimidad que sí pueden ofrecer las mamparas móviles, que poseen un sistema de apertura y cierre para separar la ducha del resto del aseo. Claro que, por eso ofrecen una mayor sensación de amplitud. Lo uno va con lo otro, y esa amplitud no se podría disfrutar si no se sacrificase la división compartimentada del baño en zonas como ocurre con las mamparas cerradas que actúan de separadores visuales.
Hay que tener también en cuenta que las mamparas fijas, a pesar de ser más económicas, requieren de una mayor inversión inicial. Esto sucede porque su instalación exige una mayor planificación y atender a las exigencias de un diseño más exhaustivo, ya que debe quedar perfectamente encajada en la zona reservada para colocarla. Si se dispone de un presupuesto algo ajustado, hay que prever de entrada estos gastos para cerciorarse de que su instalación no tendrá lagunas.
Entonces, ¿es buena idea recurrir a una mampara de ducha fija?
Sí, sin duda. Un panel de ducha fijo es una idea perfecta para optimizar el reparto del espacio del cuarto de baño, hacer que parezca más amplio y potenciar la luminosidad. Además, se trata de un producto que casa a la perfección con cualquier tipo de estética, sobre todo con los diseños de decoración más vanguardistas, y se percibe a la vista como un elemento 100% integrado en el mobiliario, sin que dé la sensación de que se trata de un objeto que actúe como separador o barrera visual.
Sin embargo, es cierto que a nivel técnico presenta unos requisitos más exigentes que cualquier otro tipo de mampara de ducha, lo que se traduce en el hecho de que muy seguramente haya que hacer frente a una mayor inversión inicial para iniciar su instalación con todas las garantías.
Con todo, contar con un panel de ducha fijo en el cuarto de baño es una muy buena idea que ayudará a sacarle más partido al cuarto de baño, resaltando sus virtudes espaciales y lumínicas y permitiendo darle al aseo un toque moderno sin perder un ápice de funcionalidad. Consúltanos para comprobar qué mampara encaja mejor con tu cuarto de baño y te proporcionaremos toda la información que necesites.