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La serigrafía es una técnica de impresión utilizada para realizar estampados sobre superficies lisas y es muy empleada en elementos decorativos para el hogar. Las mamparas de ducha es uno de los productos que más recurren a este tipo de estampación y, aunque no está especialmente recomendado para cuartos de baño de reducidas dimensiones por restar amplitud y coherencia al conjunto, sí pueden ser una excelente opción para darle un toque más personal a un aseo más amplio.
No obstante, no hay que confundir una mampara serigrafiada con la decorada con vinilos. Ambas son opciones válidas para darle más personalidad al baño, pero son técnicas diferentes que pasan por procesos de elaboración muy distintos.
Principales diferencias entre las mamparas de vinilos y las serigrafiadas
Los vinilos que se utilizan en las mamparas de ducha están hechos con polímero, un material que se fabrica específicamente para garantizar la correcta adhesión a los cristales. Las mamparas de ducha con vinilo son posibles gracias a que su fórmula contiene un adhesivo preparado con disolvente que ayuda a evitar la formación de burbujas, por lo que garantiza una perfecta adherencia sin irregularidades en su superficie. El espesor del polímero es de aproximadamente 70 micras, lo que evita que se despegue con facilidad.
En condiciones normales, la vida media de un vinilo es de unos 7 años. Adherirlo correctamente es fundamental para evitar que se dilaten y se contraigan con los cambios de temperatura, que se producen de manera inevitable en una ducha prácticamente a diario. Además, la decoración puede cambiarse siempre que se desee, ya sea por la aparición de algún desperfecto debido al uso o por el simple deseo de cambiar de decoración.
En cambio, la serigrafía es una técnica de esmaltado que se ejecuta sobre el cristal, que logra fusionar la pintura antes de que el proceso de templado de los cristales concluya. Así, tras el paso por el horno de templado, la pintura queda perfectamente adherida al cristal.
Lo bueno de las mamparas de ducha serigrafiadas es que son resistentes a cualquier producto químico de limpieza, y puede ser aplicado sin miedo a que aparezcan problemas de pérdida de color o de corrosión sobre la superficie. La decoración serigrafiada solo es sensible a decapantes industriales, un tipo de producto que no es elaborado para productos de limpieza doméstica y que es altamente improbable que se utilice en una vivienda, por lo que su durabilidad está garantizada.
Una de las técnicas más empleadas para el serigrafiado es la técnica del arenado a presión, un proceso que data del siglo XIX y que mantiene sus bases a pesar de las optimizaciones que ha ido sufriendo con el paso de los años. Esta técnica consiste en proteger algunas partes concretas del cristal y proyectar un chorro de arena a muy alta presión en las partes desprotegidas para provocar un desgaste controlado del vidrio. Así, el diseño elegido queda plasmado en el cristal.
Es una técnica que admite distintas tonalidades y texturas, por lo que es posible realizar diseños cada vez más sofisticados y de gran durabilidad. Esta técnica, a pesar de los relieves y las texturas creadas durante el proceso para dotar de más detalles a las cristaleras, ayuda a simplificar las labores de limpieza, haciendo que la mampara pueda quedar libre de manchas con más facilidad que en una mampara con vinilo, donde la pegatina puede sufrir daños e ir desgastándose de manera paulatina.
Cualquier mampara de ducha acristalada puede ser decorada tanto con vinilos como con la técnica de serigrafiado. Aunque, si estás pensando en renovar tu mampara de la ducha, lo primero de todo es elegir el modelo y después centrarte en sus posibilidades decorativas y de personalización. Sean cuales sean tus preferencias, seguro que encuentras tu mampara de ducha en Asealia, una de las tiendas online más completas en este segmento y donde podrás elegir entre los mejores modelos acristalados para decorar con vinilos o serigrafía.
Ventajas de las mamparas serigrafiadas en comparación con las de vinilo
Una de las principales razones que mueve a muchos poseedores de una mampara de baño de cristal a optar por la serigrafía es el hecho de querer hacer de la ducha un espacio más íntimo. La serigrafía es una solución perfecta para darle al cuarto de baño un plus de intimidad sin tener que optar por soluciones más invasivas y estéticamente menos resultonas, como las cortinillas del baño.
Además, a la hora de decorar con serigrafía una mampara se puede jugar con las tonalidades para crear efectos únicos. Se pueden combinar segmentos translúcidos, mates, oscuros y transparentes para darle un toque único a la mampara, algo que no es posible con la inclusión de un vinilo, que presenta una estética y una superficie más uniforme.
En lo que respecta a la duración, las mamparas de ducha serigrafiadas también presentan múltiples ventajas con respecto a las de vinilo: su vida útil es más larga y pueden durar toda una vida si no se emplean productos de limpieza industrial, algo que no suele ser habitual en una vivienda. En cambio, las mamparas de ducha con vinilo exigen renovar el adhesivo cada siete u ocho años, en función de los cuidados que se hayan tenido durante las tareas de mantenimiento desde su instalación.
Dado que una mampara serigrafiada no tiene adhesivos incluidos, su limpieza es mucho más sencilla de ejecutar al no tener que preocuparse por el nivel de corrosión que puede provocar cada producto de limpieza ni por el levantamiento de los bordes ni el desprendimiento de algunas secciones del adhesivo que puede tener lugar.
Eso sí, la decoración con vinilo es a corto plazo más económica y accesible que las mamparas de ducha serigrafiadas, aunque si hablamos a años vista, estas suelen ser la mejor opción dada su durabilidad, pudiendo amortizar el coste de su instalación en los años siguientes a su inclusión en nuestro cuarto de baño.
