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Decantarse por una mampara de ducha tiene múltiples ventajas: protegen de las salpicaduras, son impermeables, refuerzan la seguridad en el baño al contener el agua y evitan la formación de charcos que puedan provocar resbalones y caídas, además de ser más higiénicas, aislantes y duraderas que las cortinas.

Además, las mamparas para la ducha conservan mejor el calor, haciendo que la ducha sea un momento más placentero. Por otra parte, estéticamente son mucho más agradecidas porque crean un espacio diferenciado con respecto al resto del cuarto de baño. Además, dada la variedad de diseños, es posible personalizar esta zona separada del resto del baño en función de las preferencias de cada uno.

Ahora bien, no todo el mundo tiene claro cómo elegir las mamparas de ducha más propicias para sus aseos ni sabe en qué características hay que fijarse. Por eso, vamos a hacer un pequeño repaso por los criterios principales de elección que influyen a la hora de hacer la criba de entre todas las mamparas de ducha que pueden ser de tu agrado.

En función del tipo de plato

Si se va a elegir la mampara de ducha según el plato, se puede tener en cuenta la morfología o las dimensiones del plato.

Según la morfología del plato

Una mampara para la ducha se puede elegir en base a tres criterios principales: según el plato del que se disponga o se quiera incorporar, en función del sistema de apertura de la mampara o según la disposición de la ducha.

Si lo que tenemos en cuenta es el plato, lo primero en lo que hay que fijarse es en la forma del mismo. Este puede ser curvo, rectangular o cuadrado. Si es curvo, es lógico pensar que tengas que decantarte por una mampara curva que se ajuste al grado exacto del plato. Si es cuadrado, la mampara tendrá que ser cuadrada también, pero si es rectangular pueden elegirse tres tipos distintos de mamparas.

En estos casos, se puede optar por una mampara rectangular (una opción más conservadora pero igualmente funcional), una mampara frontal con un fijo lateral, o por un panel, que deja el espacio de la ducha abierto por uno de sus lados, una opción perfecta para los platos de ducha más grandes.

Según las dimensiones del plato

Pero la elección de la mampara para la ducha tiene que tener en cuenta también las dimensiones del plato. Incluso diríamos que es un aspecto básico para la elección de la mampara ideal, ya que el tamaño del plato condiciona enormemente las opciones disponibles. Esto es así porque es imprescindible que el cerramiento quede perfectamente ajustado a las dimensiones del plato, con el fin de lograr una capacidad de aislamiento y estanqueidad perfectas.

Si esto no fuese así, se podrían producir fugas de agua por el cuarto de baño y la mampara no cumpliría una de sus funciones más elementales, que es proteger de agua el resto del aseo.

En función de su apertura

Si echas un vistazo al catálogo de mamparas para ducha, enseguida te darás cuenta de que hay una enorme variedad de diseños. Y es que las mamparas para la ducha pueden contar con distintos sistemas de apertura y cierre, según los cuales se dividen las distintas categorías: abatibles, correderas, plegables, pivotantes y de panel fijo son los principales tipos de mamparas catalogadas según su sistema de apertura y cierre, pero no todas encajan igual de bien en todos los cuartos de baño.

Las mamparas con puertas correderas y plegables trabajan mejor en baños pequeños, que facilitan el movimiento y la entrada y salida de la ducha en aseos de pequeñas dimensiones. Por su parte, las mamparas con puertas pivotantes son, junto con las correderas y las plegables, las mejores opciones para baños que no destacan por su amplitud pero que disponen de más espacio libre.

Para los baños más amplios puede elegirse cualquier tipo de mampara, incluso las de puertas abatibles, para poder disponer de un acceso cómodo al plato de ducha.

Las mamparas con puertas abatibles cuentan con puertas que se abren hacia fuera o hacia dentro, hasta un máximo de 90º. Dado que su apertura es total, funcionan bien en baños amplios o poco amueblados, ya que se necesita espacio libre para poder abrir la puerta en su totalidad. Y son más prácticas de limpiar al poder desplazarse en ambos sentidos.

Las mamparas con puertas correderas se abren y cierran deslizándose por los laterales gracias a los rodamientos, lo que se traduce en un ahorro de espacio notable en comparación con las abatibles. Su inconveniente es que son algo complicadas de limpiar, y para retirar la suciedad por completo de los bordes interiores suele ser necesario desmontar la puerta y volver a montarla.

Las mamparas con puertas plegables se abren hacia el interior del plato y se recogen sobre sí mismas. Son una hibridación entre las correderas y las abatibles, que permiten disfrutar de las ventajas del ahorro de espacio de las correderas, pero carecen de su sistema de rodamientos tan complicado de limpiar.

Por su parte, las mamparas con puerta pivotante cuentan con una puerta que se mueve sobre un eje vertical. Al ser abierta, la hoja se introduce parcialmente en la ducha. Su principal ventaja es que no requiere demasiado espacio libre en el exterior, por lo que es una opción perfecta para aseos de reducidas dimensiones.

Por último, los paneles fijos se colocan en uno de los laterales del plato (normalmente, en el lado más próximo a la salida de agua), y pueden incorporarse con o sin hoja abatible, en función de la disposición de la ducha y del tamaño del plato.

En función de la disposición de la ducha

La disposición de la ducha va a tener mucho que ver a la hora de elegir la mampara idónea. Podemos estar hablando de una ducha rodeada por uno, dos o tres tabiques.

Las duchas con un solo tabique son ideales para incorporar un panel fijo y dejar uno de los lados abiertos para facilitar el acceso, aunque también funcionan con mamparas fijas y hojas pivotantes.

Si estamos hablando de una ducha con dos tabiques, una buena opción es optar por una mampara angular (que sea rectangular o cuadrangular dependerá de las dimensiones del plato). Lo bueno de las mamparas angulares es que tienen el acceso por uno de los vértices del plato, abriéndose por la esquina, lo que no exige tantos requisitos espaciales como las mamparas abatibles.

Si tu ducha es de tres tabiques, las opciones se limitan. Una mampara plegable o corredera será una buena opción si no dispones de mucho espacio, pero si estamos hablando de un cuarto de baño amplio, incluso una mampara abatible puede funcionar.

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